Las manías que más odiábamos de nuestros profesores

Ya de por si era duro levantarse pronto por la mañana para ir a clase, cargar con una mochila llena de libros (y no olvidemos que en EGB no teníamos carteras con ruedas) y, medio dormidos meternos en un aula a que nos diesen aburridas clases de ——– (a rellenar por tu asignatura odiada). Ya de por si era duro, como decíamos como para que viniese ——— (a rellenar con el nombre de tu profesor/a) con sus manías, y es que dicen que cada maestrillo tiene su librillo, y sabemos de sobra que cada maestrillo tiene su manía. Vamos a recordar alguna de aquellas manías que tanto nos sacaban de quicio ¿A que tu profe también lo hacía?

Por lo general te sacaba a ti al encerado más que a otros.

Ponía controles sorpresa los viernes…

…y los corregía ese mismo día, haciendo hincapie en tus errores delante de la clase.

Empezaba a explicar algo importante cuando iba a sonar la alarma para ir al recreo… y hasta que no acababa nadie salía.

Jugaba con tu tiempo libre, castigándote en los recreos y cuando acababan las clases.

Aprovechaba las reuniones de padres para recordar cada una de las cosas (malas) que habías hecho en el curso.

En las excursiones se empeñaba en ser uno/a más, ese día iba de colega y nos chafaba la salida

Siempre se le notaba quién era su alumno favorito… y nunca eras tu.

Los días que llovía nos hacía trabajar más sin respetar el tiempo del recreo.

Nunca dejaba abiertos los cajones de su mesa, y sabíamos que allí estaban los controles, los juguetes que nos requisaba…

También puedes ver:
Cómo nos castigaban en los 70 y 80
Aquellas clases de gimnasia
Aquellas clases de sociales
Cuentos cívicos de Everest

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Comentarios (96)

  • Xavi Reply

    En 8º tenía a un profesor de lengua castellana cuya manía era no dar clase. Antes de que me llaméis empollón, deciros que en todo el curso abrimos el libro dos veces y que no llegó nadie en mi clase a llenar más de 5 hojas en la libreta.
    La clase consistía en que él nos contaba lo que había visto en la TV el día anterior y nos daba consejos de belleza como por ejemplo lo malo que era usar champú a diario.
    Lo bueno es que aprobamos todos.

    16 enero, 2014 at 09:07
    • Nyx Reply

      Tu profesor era un sinvergüenza de cuidado. No es que tú fueras o dejaras de ser empollón, es que él era más perro que el suelo (expresión sonora de mi tierra que define perfectamente su actitud). Por mi experiencia, tanto de alumna como de docente, sé que esos profesores no gustan: los alumnos se alegran de aprobar sin esfuerzo, pero es muy difícil engañar a un adolescente, y saben quién se toma en serio su labor y quién les toma el pelo.

      16 enero, 2014 at 16:36
      • john Reply

        Pues me parece que apesar de todo ese profesor se preocupaba en enseñar algo a sus alumnos cosa, que muchos sinverguenzas de ahora no hacen. Sólo se preocupan a que caiga un buen sueldo a final de mes y decir que trabajan para que se esfuecen los alumnos.

        17 enero, 2014 at 21:07
        • Nieves Reply

          Qué fácil es hablar sin saber y tirar por los suelos la labor de un colectivo…

          16 agosto, 2014 at 12:06
        • Roger Reply

          Vaya meada fuera de tiesto. Lo que hay ahora es mucho padre que defiende al hijo de lo indefendible, de que erupte, de que conteste con malisimas formas e incluso amenacen, en resumen, de que sea un auntentico maleducado y violento, pero claro… la culpa del profe… y encima dile algo al niño o a los padres,,, que ya veras, su nene es muy bueno…. Anda john, para hablar de algo, enterate primero. En boca cerrada no entran moscas ni elefantes….

          16 agosto, 2014 at 19:39
          • Noemí

            Sí, pero también fastidia mucho como padre que el niño llegue a casa y le tengas que explicar tú cómo se suma, qué es un cabo, o cómo se declina un verbo. Porque yo como madre me molesto en educar a mi hija para que sea bien educada, pero me fastidia tener que enseñarle yo lo que debería aprender en el colegio.

            6 noviembre, 2015 at 10:17
          • OscarC

            A Noemí me gustaría decirle que deberían preguntarse esos padres si el niño no sabe sumar por culpa del profesor o porque su hijo mientras se explicaba estaba: hablando con su/sus companeros, levantándose sin permiso, lanzando bolas de papel, dibujando porque eso le apetece más que las mates… (la lista es infinita). Aunque esos padres no se han de preocupar, porque aunque su hijo no haya puesto nada de su parte para aprender, ahí estan los profes que bajo consejo de los psicopedagogos le hará una “adaptación” con la que, aunque solo aprenda las vocales, seguramente aprobará y todos contentos: papis, nene que puede seguir sin hacer nada, etc…

            6 noviembre, 2015 at 20:19
        • Pedro Reply

          Sinvergüenzas los hay en todos los trabajos y entre los profesores también. Yo he visto a unos cuantos, primero como alumno y también después como profesor, pero no generalices, porque afortunadamente predomina lo bueno.

          6 noviembre, 2015 at 17:56
        • Daniel Martínez Reply

          Tienes un concepto muy equivocado de los profesores actuales! Por no decir qué careces completamente de cualquier noción de lo que hacen hoy en día! No voy a insultarte como tú has hecho, aunque yo tenga fundamentos para hacerlo y tú no!
          Cuando se habla sobre cualquier tema se debe estar informado. En mi caso he sido monitor, educador, educador de calle y educador social…y si, también he sido profesor.
          Supongo que tú problema viene de que algún profesor actual te habrá dicho una verdad ineludible, y como todo padre actual ha extrapolado la culpa. Es mucho más fácil.
          Lo dicho, puedes gritarlo más alto pero no tendrás más razón. Sencillamente lo que has dicho con insultos es imposible, y lo sabrías si te informaras mínimamente.
          Quizás sea cierto lo que el profesor te ha dicho de que el alumno se ha de esforzar más; espero que no seas tú el modelo a seguir de este supuesto alumno.

          10 junio, 2017 at 11:42
    • Ana Reply

      Yo tuve a una SINVERGÜENZA de ese tipo en 7º. Nos pasamos todo el curso cantando el repertorio de El Duo Dinámico, Marisol y similares, nos ponía sobresalientes si llegaba a clase y la estábamos esperando calladitos (obviamente, alguien vigilaba en el pasillo…). Algunos días debía no tener dónde dejar al niño y se lo traía… y ese día la clase consistía en tener que aguantar al puñetero Lucianito. Mis notas de ese año son Sobresaliente 10 en Física y Química y Matemáticas. ¿Efectos secundarios? Al año siguiente nos costó ‘reengancharnos’ a Matemáticas y Fisica…. y terminé teniendo que repetir curso en 2º de BUP al arrastrar el suspenso de Matemáticas de 1º y añadir las de 2º y la Física.
      Ya digo: una absoluta sinvergüenza. Nos acordábamos mucho de ella cuando coincidíamos alumnos de ese curso años más tarde, porque a todos nos trajo similares consecuencias…
      Ah: el colegio era semiprivado y ella era familia directa del dueño… Esas cositas EGB…

      16 agosto, 2014 at 10:55
    • Anónimo Reply

      El mio de literatura en COU nos dijo: no veremos nada de materia, haremos una obra de teatro y que cada cual se puntúe como le parezca
      Por supuesto, todos nos pusimos un 10. Cosa que vino fenomenal a la hora del promedio para Selectividad. Lo que no se, es como aprobamos esa asignatura en la susodicha prueba
      El pavo éste, hoy en día es el Director del Instituto

      16 agosto, 2014 at 16:59
    • Ingrid Reply

      Yo tuve un profesor de griego que tampoco daba clase, nos pasabamos la hora charlando y para justificar la nota en los examenes nos decia que teniamos que poner y, palabras textuales, ” hacer algun tachon y meter algo mal, para q no se note tanto”
      Al siguiente año la profesora q nos toco se echaba las manos a la cabeza porq no sabiamos absolutamente nada, ni lo mas basico

      18 agosto, 2014 at 00:01
    • Anónimo Reply

      Empollon jeje

      6 noviembre, 2015 at 16:43
  • Xavi Reply

    Ahh, y en 6º tuvimos a un profe maño de matemáticas que era la caña pero tenía esta manía extrañísima: cada vez que se ponía un ejercicio en clase (pero cada vez), insistía en corregirlos en las libretas uno a uno. Os explico cómo iba. Suponed que nos explicaba cómo funcionaba lo del mcm y el MCD (qué, ¿lo recordáis?). Después de un par de ejemplos en la pizarra nos ponía un ejercicio. Al ir acabándolo teníamos que hacer cola en su mesa donde él lo corregía y ponía una “B” si estaba bien.
    La suma de “B” al final del trimestre permitía subir hasta un punto. El hecho en sí era un poco maniático pero debo decir que así se valoraba el esfuerzo diario.
    Ah, por cierto. Sólo aceptaba que usáramos bolígrafo azul, jamás negro.

    16 enero, 2014 at 09:11
    • Gema Reply

      ¡¡Xavi, yo tuve a ese mismo profesor, hacía lo mismo!!! Pero no era maño, creo recordar… se llamaba Manuel, y nos daba matemáticas y química. Seguía exactamente el mismo procedimiento que describes, y la verdad es que nos motivaba bastante a conseguir “Bes” para subir puntos…

      16 enero, 2014 at 17:08
    • john Reply

      pues eso le llaman muchos profes de ahora ineficiencia, y en mi caso me hizo aprender cosas que otros intentaron quitarme

      17 enero, 2014 at 21:09
  • Anónimo Reply

    Xavi,ese no era un manático,era un gándul x)

    16 enero, 2014 at 10:19
  • anik Reply

    Una que tuve yo de natu, cada día cogía a dos o tres y durante toda la clase les preguntaba cosas a ellos de días anteriores, a modo de repaso mientras explicaba cosas nuevas. No estaba mal, sobretodo cuando no te tocaba, y te relajabas durante toda la clase :-)

    16 enero, 2014 at 10:34
  • Estrella Reply

    Yo tuve un profe de latín que nos ponía en fila a unos cuantos, delante de la pizarra, nos iba haciendo preguntas que había que responder a la velocidad del rayo (imposible para mí, en esta asignatura), y te iba colocando al final de la fila según ibas fallando. Era muy humillante ver cómo siempre perdíamos posiciones los mismos, hasta que acabábamos fuera del mapa, una y otra vez.
    Eso sí, a este mismo profe lo tuve en COU, en Filosofía, y gracias a él, mi amor por esa asignatura es y será siempre infinito.

    16 enero, 2014 at 10:42
    • Drogo Bolger Reply

      Los míticos corros. Yo en 8vo tenía corros hasta en Mates, que eran los únicos en los que siempre estaba en la cola. En los demás estaba siempre entre los 7 u 8 primeros (en Sociales, como era Historia y Geografía, estaba casi siempre el primero, y eso que empezábamos en orden alfabético, y yo era de los últimos)

      16 enero, 2014 at 11:02
    • Marc Reply

      Esto mismo hacía mi profesora de matemáticas de 3º

      16 agosto, 2014 at 10:13
    • PACO PERALTA Reply

      ese tipo de prueba lo recuerdo pero con toda la clase, se hacían tres o cuatro rondas,de todas las materias,
      y al acabar te sentabas en el orden que habias quedado , (otra forma de sentarnos era por nota ) de cada evaluación , pues con este concurso no veas tu como cambiaban las posiciones

      16 agosto, 2014 at 18:30
  • Drogo Bolger Reply

    Buenas:

    Tenía un profesor en 5 al que todos le sacábamos una cabeza. Cuando se ponía a nuestro lado y quería que nos pusiésemos de pie, nos levantaba él mismo tirándonos hacia arriba de las patillas!! O nos daba cocas en la cabeza, con el anillo puesto.

    Entre 2 de BUP y COU tuve un profesor de latín que tenía la manía de hacernos pequeños controlillos al principio de la clase, que contaban un tercio de la nota de la evaluación. Nos solía hacer uno cada semana (no tenía día específico) excepto el segundo año que hice COU, que nos los puso todos los días!!!

    16 enero, 2014 at 10:49
  • Dani Reply

    Yo tuve una profesora durante 3 años, que una de sus frases favoritas era ‘el timbre avisa pero no manda’, por lo que seguía dando materia una vez llegaba la hora, y después se tiraba sus buenos 20 minutos apuntando deberes en las 2 pizarras que había en clase. Así que prácticamente eramos los últimos en salir de todo el colegio, cuando nos ibamos nosotros ya no había nadie más.

    16 enero, 2014 at 10:50
  • danicmgg Reply

    La típica profesora que preguntaba el tema todos los días. Unas veces empezaba a preguntar por el principio de la lista y otras por el final. Como no sabías cuándo podía tocarte, lo mejor era estudiar siempre, por si acaso. Suerte que tocaba después del recreo y en esa media hora, más o menos, repasabas lo que tocara ese día.

    16 enero, 2014 at 11:10
  • Manuel Jesus Reply

    Yo tuve una profesora desde 3 de EGB hasta 8, la Srta. Maricarmen, que siempre que no atendiamos nos ponia en nuestra ficha…”habla”, “enreda”, “mira por la ventana”…etc evidentemente todo eso al final de cada trimestre se lo decia a tus padres, lo ponia en rotulador rojo y siempre te pillaba y temias los finales de trimestre cuando tus padres recojían las notas…

    16 enero, 2014 at 11:12
  • danicmgg Reply

    La señorita Chon, con la que aprendí a leer, nos iba llamando a su mesa uno a uno para que leyéramos la página del Micho que tocase ese día. Hasta que no habíamos pasado todos por allí, no se salía. Había días que nos daban más de las 2, pero terminé el curso sabiendo leer, y con sólo tres años.

    16 enero, 2014 at 11:14
    • Raul Reply

      ¡¡El Micho!!. Se lo digo a un montón de gente y casi nadie se acuerda de estos cuadernos. Empezaba a pensar que estaba loco y me lo había imaginado. Pero ahora lo se, ¡existen! jejeje.

      16 enero, 2014 at 14:54
    • Mariel Reply

      Pues qué barbaridad. Hacer eso con niños de tres años. El objetivo a esa edad no es aprender a leer. Y además el cerebro no está preparado para entender lo que lee. Sólo le dabas voz a unos signos, pero eso no es leer. Por cierto, el Micho, uno de los peores métodos de lectura.

      16 enero, 2014 at 22:10
      • yomisma Reply

        No estoy de acuerdo! Recuerdo con muchísimo cariño el Micho, y aprendí a leer muy pronto con ese método. De hecho con él estoy enseñando a uno de mis alumnos a leer, q el año que viene pasará a primaria y aún no han conseguido en el cole que reconozca todas las letras, y mucho menos que lea. Cualquier método puede ser eficaz si sabes aplicarlo y motivar.

        5 mayo, 2014 at 01:38
      • Ana Reply

        Aprendí a leer con dos años y a escribir con tres, con aquellas cartillas alfavisuales. Con cuatro años fui al colegio y leía (no, no juntaba letras: leía) escribía y estaba a mitad de las tablas der multiplicar. ¿Consecuencias? Me aburrí toda la vida muuuucho en el colegio…
        Eso sí: leer en casa me entretenía mucho. Y leía libros, claro…
        Todo es relativo y cada niño es un mundo. Y no sé qué se habrá adelantado con eso de tener a los críos sin leer hasta casi los 7 años, aparte de retrasar la salida del colegio hasta los 16 años, la verdad…

        16 agosto, 2014 at 11:03
        • Marta Reply

          ¿Los niños sin leer hasta los 7 años??? perdona pero creo que estás muy equivocada, aquí en España se entra a Primaria leyendo, unos mejor que otros, todo depende del desarrollo del niño, teniendo en cuenta que ocho meses de diferencia en la edad es un mundo. Soy del 73 y recuerdo que las primeras letras me las enseñó mi madre, luego hice lo que se llamaba parvulitos con unos cuatro y empecé el colegio con cinco. Mi hija, de 2001 con tres años ya estaba en el colegio y en segundo de infantil llevaba cartilla. Así que eso de que no se aprende a leer hasta casi los 7 años te confirmo que aquí en España no sucede.

          Lo de retrasar la salida del colegio obligatorio hasta los 16 no tiene otra explicación que la edad mínima para poder trabajar. Antes, cuando acababas el colegio a los 13 qué hacías si no querías seguir estudiando?, creo que era demasiado pronto.

          Por otro lado, los profesores de entonces eran como los de ahora, unos bueno y otros malo, otros incluso ni se les recuerda. En mi caso he tenido de todo, y por lo que veo en el instituto de mi hija la cosa sigue igual, depende del interés del profesor, no se puede generalizar.

          17 agosto, 2014 at 17:33
          • Ana

            Marta, en infantil se les enseña lectoesctritura. La obligación de enseñarles a leer viene a partir de primero de primaria, con 6 años. De ahí que luego tengan tantos problemas con el cambio. Siento decirte que es así y así sucede.

            9 junio, 2017 at 10:17
          • Bárbara

            El mio leía a los 5 ya leía,pero porque le enseñé yo con el método Palau,pero no por el cole.
            En el cole lo van haciendo con el sonido de las letras y dibujos, porque ahora dicen que el método Palau no es bueno. Para mi lo es,yo aprendí con el.
            Ahora estoy empezando con mi niña de 4 años y con el mismo método.

            9 junio, 2017 at 12:04
        • aisi Reply

          ¡La cartilla Palau!!!! Mi madre hico igual conmigo. Me enseñó a leer en casa porque le daba cosa que yo al cumplir años en Febrero, fuera a ser unos meses más vieja que mis colegas de clase cuando empezara el colegio en septiembre. Resultado: leía y sí, ¡leía!! entendiendo todo y hasta entonando cuando había signos de exclamación o interrogación. Esas cartillas siguen vendiéndose y aunque no tengo hijos, hace poco me las he comprado para tenerlas, como recuerdo. Han cambiado alguna cosilla pero siguen siendo las mismas.

          6 noviembre, 2015 at 12:02
    • Amparo Reply

      En mi caso, la srta Amparo nos hacía también leer uno a uno en su mesa, pero cuando acababas una cartilla de lectura, examen en el despacho con la directora del colegio para pasar (o no) a la siguiente cartilla. Qué estrés, con cuatro añitos!

      9 junio, 2017 at 10:46
  • Carol Reply

    Pues ahora me doy cuenta que iba a un cole genial. No pasaba nada de eso!! Mis profes eran geniales siempre y os aseguro que no era de las empollonas.

    16 enero, 2014 at 11:24
  • laura Reply

    Yo tenia uno que estaba loco, de hecho cuando se enfadaba por que alguien hablaba en clase o cualquier cosa, le tiraba tizas a la cabeza, pero a demás con mala leche y tiro hecho, pero lo peor no era eso era que antes de tirar la tiza se la sacaba de la boca, por que se metía todas las tizas nada mas llegar en la boca y se las iba comiendo y el resto las tiraba, era asquerosoooooo .
    Y aun recuerdo las mil veces que tuve que escribir durante varios días solo en el tiempo de recreo Haber se escribe con H y B …

    No hecho de menos nada de eso jajajaj

    16 enero, 2014 at 11:38
    • V Reply

      Pues qué pena que no te hizo escribir alguna vez “Echar se escribe sin h”…

      16 enero, 2014 at 12:14
      • lorena Reply

        De hecho es del verbo hacer. va con h

        16 enero, 2014 at 13:56
        • lorena Reply

          Perdon,te referias a echar de menos. ok

          16 enero, 2014 at 13:59
  • cristina Reply

    Yo tuve uno en el instituto q si te pillaba comiendo chicle hacía q se lo escupieras en la mano……..y te lo pegaba en la frente.lo peor era no poder quitárselo en toda la clase,q en ocasiones era de dos horas.horrible!

    16 enero, 2014 at 11:49
    • irene Reply

      A mi también me hacían eso, aunque había algún profesor cabrón que te hacía tragar el chicle

      16 enero, 2014 at 13:20
      • Bego Reply

        Yo tenía un profe parecido. Si te veía comer chicle te hacía pegártelo en la nariz y recorrer todas las clases del colegio así. Y luego preguntaba a los demás profes si habías pasado por su clase.

        16 agosto, 2014 at 11:00
  • Mariano Reply

    Para mí la principal y que no habéis dicho es que siempre preguntaba: “A ver que levante la mano el que no lo haya entendido” … como nadie levantaba la mano volvía a preguntar: “A ver entonces que levante la mano los que lo hayáis entendido” … y tampoco la levantaba nadie … y ya venía el cabreo del profe.

    16 enero, 2014 at 11:59
  • concha Reply

    Para dos cosas fueron lo peor: Escribir 100 veces “Es mi deber y obligación guardar silencio en clase” y segundo: la manía de coger el profe la palmeta (Regla de unos 60 cm. de madera) y darte palmetadas en la palma de la mano. Ufff!!!!!

    16 enero, 2014 at 12:08
    • Miguel Reply

      Concha, yo también tuve una profesora en 2º de EGB que nos daba con una regla en la palma de la mano.Por otra parte, la recuerdo como una persona muy cariñosa. También tuve varios años un profesor que se quedaba dormido en clase.

      16 enero, 2014 at 13:26
      • JAntonio Reply

        Ese profesor era un verdadero crak jajajja

        16 enero, 2014 at 13:47
  • Victor Reply

    Yo tenia un profesor de religión que nos hacia rezar el rosario durante toda la hora de clase. También vi a ese mismo profesor sacar a patadas, literal, a un compañero de clase por su mal comportamiento. Sin duda eran otros tiempos.

    16 enero, 2014 at 12:35
  • irene Reply

    Yo tenía una profesora en 3 de EGB que se quedó mi carpeta de Beverly hills, que regalaban en la pronto o Super pop, y me la rompió en mis narices, la muy…Señorita Paquita, fue usted un poco cabrona.
    Otra profesora me solía castigar sin salir al patio porque no sabía inglés, eso también fue en 3 de EGB….Martina, tienes muy mala folla

    16 enero, 2014 at 13:19
  • JAntonio Reply

    Yo tenía un profesor que fumaba en clase y, a veces, en vez de sonarse la nariz con un pañuelo como casi todo el mundo, hacía un ruido hacia adentro y luego hacía como si regurgitara con la garganta… un poco desagradable.
    Había otro que le daba pescozones (flojos) a los que no prestaban atención.
    También tuve una profesora de música que casi siempre llevaba faldas cortas… y claro, nosotros con 13 ó 14 años estábamos revolucionados. Algo parecido le pasó a las chicas con un profesor de inglés que tenía los ojos azules y un día se cambió de camiseta delante de la clase, así que quien esté libre de pecado ¡que tire la primera piedra!
    Mi hermana mayor tuvo una profesora que mandaba ejercicios al principio de la clase y se iba a su casa…

    Independientemente de estas manías creo que para maniáticos nosotros, porque después de pasar los años y haber crecido he tenido la oportunidad de seguir viendo a varios de estos profesores y conocerlos mejor, y la verdad es que la mayoría son personas geniales. Lo que pasa es que desde el punto de vista de un niño casi todos parecen ogros.
    También hay que decir que la disciplina de aquella época (lo digo como si fuera hace siglos y sólo hace apenas 20-30 años) era mucho mejor que ahora, y al final todo lo que se aprendía nos servía para la vida real, para hacernos personas más útiles en la sociedad. Ahora no me cabe en la cabeza que si un chaval saca un cero no se le pueda poner un cero (por ley), o que no pueda repetir curso (para no sentirse marginado), o que si se porta mal no se le pueda castigar, etcétera, etcétera. Así sólo se consigue que no se valore el esfuerzo de los que sí quieren hacer las cosas bien, porque al final los que no hacen nada tienen el mismo premio y lo único que se consigue es entorpecer la buena marcha de los que se esfuerzan más y encima desmotivarlos.

    16 enero, 2014 at 13:43
    • Gema Reply

      Totalmente de acuerdo, pienso lo mismo que tú. Yo tengo 32 años, en mis años de colegio me enseñaron a esforzarme, a reconocer mis errores y a aprender de ellos y por supuesto a no traumatizarme si me decían que no hacía las cosas bien… ahora veo los niveles de mis primos pequeños (de 8 a 15 años) y literalmente alucino, tanto con sus libros de texto, la “dificultad” de sus deberes y lo que ellos consideran esfuerzo… buf, nada que ver.

      16 enero, 2014 at 17:15
  • Angeles Reply

    En 3º de BUP tuve un profesor de filosofía que no se lavaba y se cambiaba deropa dos veces al año: la ropa de verano y la ropa de invierno, y a sus uñas les llamábamos “mejillones”. Tenía muchas dudas, pero con l omal olía cualquiera le preguntaba, saqué el curso gracias a mis compañeros espabilados en la materia.

    16 enero, 2014 at 15:47
  • miguel angel hidalgo Reply

    lo que mas odiaba cuando te suspendían por mania o cuando ellos querían llevar razón,cuando no la llevaban,recuerdo en 2 egb,cuando me profesora victoria me quito un taco de cromos porque se los rompió a uno y no me los quiso devolver hasta que no me portase bien y nunca me los devolvió,eso si,como te pillaran en clase cambiando cromos recuerdos que te los quitaba el maestro y te los rompia,recuerdo en 6 egb,cuando mi profesor Miguel aNGEL,,una tarde nos dejo castigado a toda la clase sin salir a gimnasia porque no,nos callavamos o cuando nos dijo que los examanes iban a ser muy fuertes y si no estábamos conforme que le denunciaramos,,o cuando el ultimo dia de clase en 7 egb,nos puso un control a mala leche,porque le salio,era en el colegio donde yo estudie adalid neneses de Talavera de la reina,toledo

    16 enero, 2014 at 16:58
  • Rober Reply

    Pues en honor a la verdad he de decir que mis profesores de EGB eran unas maravillosas personas,muy liberales y progresistas, de las que guardo un gratísimo recuerdo (salvo que fumaban como carreteros) y que me enseñaron un montón de valores de los que me enorgullezco. No sé, será que mi colegio era la excepción que confirma la regla, pero los castigos (que haberlos los había) no eran para tanto, y eso que alguna tarde me tocó quedarme al acabar. Como quiera que sea, un abrazo muy fuerte para todos ellos Juanma, Paco, Luis, Rocío y Ana, del desaparecido Nª Sª de Los Angeles de Carabanchel.

    16 enero, 2014 at 17:55
  • Lola Reply

    Yo recuerdo que, cuando hacía frío, uno de mis maestros se sentaba nada más llegar a clase y se acercaba la estufa (no había calefacción) de manera que la “acaparaba”. Un día se la acercó tanto que se quemó los pantalones. Sorprendió más de una sonrisa burlona y el ambiente de clase “se caldeó” un poco. Nos quedamos todos sin recreo porque “burlarse de los mayores está mal” y la estufa siguió de espaldas a nosotros pero a un poco más de distancia de la mesa del profe.

    16 enero, 2014 at 18:01
  • Ana Reply

    Bueno, yo, como antigua alumna de la EGB y como actual profesora de Primaria, veo que aunque los tiempos han cambiado, tampoco es que todo haya ido a peor. Ahora, según mi experiencia, veo que los niños tienen en general también bastante más confianza con los profes que antes y te cuentan cosas que antes jamás se me ocurriría compartir con un profe. Es verdad que hay padres difíciles, pero creo que siempre los ha habido. Y los niños, al fin y al cabo, siguen siendo niños.

    Y los profes seguimos siendo cada uno como es. Yo también tuve un profe en 7º y 8º de EGB que nos decía “a mí me van a pagar igual aprobéis todos o suspendáis”. Vamos, que se “la soplaba”. Pero, por suerte, la gran mayoría de mis profes estaban motivados y daban lo mejor de sí. Hoy en día pasa igual.

    16 enero, 2014 at 18:10
  • Ana Reply

    A mí lo que me ponía más nerviosa eran los profes que decían siempre la misma muletilla. La profe de Filosofía de 3º BUP decía muchísimo eso de “¿vale?” y en clase, antes de que entrara, hacíamos una porra y apostábamos cuántas veces lo diría en clase (las apuestas iban mínimo desde las 70 veces). Y al final de la clase, al que más se acercaba al resultado final le dábamos 100 pesetas cada uno de los participantes.

    16 enero, 2014 at 18:14
  • weinur Reply

    yo tambien tuve un profesor que fumaba en 3º de EGB y encima puros! pero los viernes hacia bingo con chucherias jaja se le echa de menos don cesar

    16 enero, 2014 at 18:23
  • Mexiñol Reply

    Yo tenía un profe que cada casi día, a la hora del recreo, elegía a algún alumno (a mi me eligió un par de veces) nos daba dinero y nos mandaba al bar de la esquina a comprarle el tabaco, ¡Ah!, pero estaba prohibido salir del cole en el recreo, así que te tenías que escaquear para saltarte la valla sin que te vieran, nunca pillaron a uno de sus “emisarios”, pero a los que pillaban que se iban a la panadería a comprar los cromos o el bollycao, no veas la que le caía… y a veces el mismo era el encargdo de los castigos

    16 enero, 2014 at 19:18
  • Natalia Reply

    No sé si mi maestro de Lengua de sexto era maniático o no, porque el libro no lo tocamos en todo el curso, pero a redacciones, dictados, ejercicios de puntuación y de ortografía nos tenía asados… desde entonces no tengo una falta de ortografía, redacto medianamente bien y tengo un vocabulario aceptable, algo de lo que no pueden presumir los chicos de hoy en día. Con el paso de los años me he dado cuenta de que fue uno de mis mejores maestros ¡Gracias don Jesús!

    16 enero, 2014 at 20:19
    • Natalia Reply

      Y por cierto, ahora yo también soy maestra.

      16 enero, 2014 at 20:21
  • Sílvia Reply

    En 2º de E.G.B. teníamos una profesora que te hacía salir a la pizarra y si no sabías hacer la suma te estampaba la cara contra la pizarra (muchos padres se quejaron), y en 8º nos volvió a tocar en matemáticas (por cierto sabía más el empollón de la clase que ella). Nos seguía dando tirones de oreja, nos daba con los nudillos en la cabeza… total que nadie la soportaba, y el último día de 8º, al salir del cole, en la calle uno de mi clase (éste recibió bastantes ostias por parte de ella), le dijo: Señorita Leo venga un momento por favor, y le metió un puñetazo en toda la cara! Creo que todo el mundo se alegró.
    Luego en 6º teníamos otra, que daba inglés con el diccionario, cada palabra la buscaba porque no la sabía y también nos daba con la regla en las manos.
    Bueno, y luego una muy despistada que se dejaba los exámenes en el cajón y no se acordaba nunca de cerrarlo con llave. Gracias a ésto, aprobé sociales, que lo llevaba fatal el último año, y así pude conseguir el graduado. :)

    16 enero, 2014 at 22:36
  • Celest Reply

    Yo tuve un profesor que solía pedir prestado el boli en clase. Con la tapa (si era BIC) se quitaba la roña debajo de las uñas. Luego cuando lo devolvía al propietario, aquello daba asquito… Tambien tuve uno que los exámenes suspendidos los tiraba a la papelera de la clase, los aprobados en su mesa, y que cada uno recogiera sus “frutos” donde le pertenecía… Confieso que esos profesores sufrieron un par de bromas pesadas en consecuencia (dejanos ir a nosotros también en esa época).
    Aparte de esos casos, todos los profes que tuve fueron ejemplares, dentro y fuera de la clase.

    17 enero, 2014 at 07:34
  • karin rosenkranz Reply

    he conocido esta pagina por el reportaje de la Primera tve. me encanta la propuesta de este blog. ya que también yo conozco y muy bien la época de los ochenta. termine la primaria en 1983 en Buenos Aires. así que identifique todas las las películas de las listas, los juegos, los cantantes y humoristas.
    volveré siempre.
    saludos

    17 enero, 2014 at 20:49
  • Jesus Reply

    Yo en 8º tuve a un profesor de Inglés que aparte de ser un chulo y un borde de tres pares de narices, más de una vez y más de dos se presentó en clase apestando a alcohol. Un día vino con un ojo morado. Dijo que se había caído, pero no se lo creyó ni él.

    17 enero, 2014 at 20:59
    • Adriano M. Reply

      Es que nadie habla del club de la lucha, jejeje….

      21 enero, 2014 at 12:18
  • Bea Reply

    Mi profe de educacion fisica de 8°: tartamudeaba para dar las consignas y daba collejas a los chicos cuando hacian alguna bobada.
    Su frase mitica era “(fulanito), que estas muy tonto este año…” nos partiamos de risas

    Años mas tarde, me enteré que le habian nombrado jefe de estudios

    ciao!

    17 enero, 2014 at 23:19
  • Nano Reply

    Don Esteban, llegaba a la clase con el Marca debajo del brazo, nos explicaba la clase durante diez minutos, luego nos pedía que desarrollásemos un resumen de esa explicación en completo silencio en el cuaderno, y de mientras se sentaba con los pies encima de su mesa, se leía el Marca, encendía un Sombra, y a veces nos mandaba a alguno de nosotros al bar de enfrente del cole a por un bocata y un agua. Ni que decir tiene que todos queríamos salir a por ese recado. Ahora esto sería impensable, ¿ o no?

    18 enero, 2014 at 12:47
  • Antonio Reply

    Lo de fumar en clase era algo habitual en aquellos tiempos, yo tenía un profesor que me enviaba al bar que había al lado del colegio a comprarle dos paquetes de rocio cada día.
    Sin embargo, a día de hoy lo sigo recordando como el mejor profesor que he tenido nunca, nos inculcó los valores del esfuerzo y la superación.
    Gracias Sr. Adolfo (I.C. UNIÓN MENENDEZ PIDAL)

    19 enero, 2014 at 12:07
  • Galaor Reply

    Yo odiaba cuando decían “Como ya sabéis…”, y siempre pensaba “si yo lo supiera, no estaría aquí aprendiendo”. Siempre pensé que eran incapaces de ponerse en el lugar de una criatura que tiene poca experiencia y conocimiento del mundo.

    19 enero, 2014 at 16:15
    • Brujita Reply

      Mi profe de Filo de Tercero de BUP decía “como ya sabéis… y si no lo sabéis, aquí estoy yo para decíroslo”. Se pasó con esa muletilla todo el curso; como había muy buen rollo en la clase, ya llegó un momento que ya empezaba “y si no lo sabéis…”, y decíamos a coro todos: “¡AQUÍ ESTOY YO PARA DECÍROSLO!” :D

      Sí, había profes a quienes se les notaba mucho quién era su favorito. Pero cuando SÍ eras tú, tampoco tenías la vida regalada. En Sexto, Séptimo y Octavo de básica, tuvimos a un profesor de Inglés que se llamaba d. Ernesto, y era de los pocos que realmente sabía inglés, que hasta el momento no nos habían enseñado ni a decir “this is a table”, y las profesoras eran incapaces de corregir un mal ejercicio sin el libro de soluciones. Este nos hacía hablar en inglés durante la clase y nos hablaba en inglés a nosotros la mayor parte del tiempo y por algún motivo, yo le caí en gracia y me llamó “brujita”. Eso significaba que si traía caramelos para repartir entre los que supiesen contestar bien, siempre uno iba a ser para mí, pero también que tenía que estudiar el triple, porque me preguntaba SIEMPRE. Significaba que me ponía de ejemplo ante los demás por lo mucho que estudiaba, y eso hacía que mis compañeros me odiaran. Si tenía que extender láminas en la pizarra, ir a buscar cintas a la sala de profesores, pedir un radiocassete o ayudar en lo que fuera, siempre era yo quien lo hacía, y en el recreo me llamaban enchufada y me decían que se la chupaba. Mis amigas me defendían a cambio de prometer que, si sacaban una nota floja, iría con ellas a reclamarla porque “seguro que a mí no me decía que no”.

      Cuando su clase era la anterior al recreo, como yo me sentaba frente a él, aprovechaba el momento en que todos se levantaban en tropel y me daba a escondidas un caramelo más. Para que no se notase tanto, tiempo después empezó a lanzarlos “al azar”, pero uno era siempre mío, y como le quedase sólo uno, era para mí. Cuando salíamos de excursión a él el colegueo le salía natural, todos estábamos a gusto con él, pero en las marchas siempre se quedaba con el grupo de las chicas y como yo era asmática y me fatigaba tanto, solía tomarme de la nuca (hoy esto sería impensable) para que no me rezagara. En las fotos que tengo de clase de aquellos años, salgo en todas a su lado.

      9 junio, 2017 at 13:29
  • Laure Reply

    Yo tuve una maestra, Dª María, que todos los días nos hacía cantar el Cara al Sol, perfectamente formados y cada día uno era el abanderado, la bandera era la de la Cruz de San Andrés. Lo curioso era que entonces, teníamos seis años, nos parecía bonito.

    19 enero, 2014 at 17:07
  • Juan Carlos Reply

    Yo tenía un profesor de inglés, que ponía a los alumnos por filas de izquierda a derecha “desde sobresaliente hasta insuficiente”, el caso era que los ejercicios que había que corregir íbamos de uno en uno respondiendo en el orden de mejor a peor puesto,y quien tenía bien el ejercicio, adelantaba a los que lo habían dicho mal, en resumen,al final del trimestre, en la fila de sobresaliente estaban los empollones,y en la ultima fila los que menos estudiaban, o peor se les daba el inglés. . . motivaba por un lado para hacer bien la tarea,pero por otro lado también era una manera de ridiculizar a los compañeros.

    19 enero, 2014 at 19:21
  • onomico Reply

    Yo podria comentar manias de casi cada uno de mis profesores, tenia uno que nos miraba las orejas para saber si estabamos copiando en un examen, si las tenias rojas es que estabas copiando y no fallaba nunca.

    Otra profesora, de ciencias naturales simplemente se dedicaba a leer el libro, punto por punto coma por coma, ni añadia ni quitaba nada, lo curioso es que con el tiempo llegamos a pillarle el truco, cuando subia el volumen a la hora de leer un párrafo era una pregunta que saldría en el siguiente examen, marcando esos párrafos te salian las 10 preguntas del examen.

    El de dibujo tecnico, en BUP, era alcoholico y repetia la misma clase una y otra vez durante todo el curso, en 1º de BUP aprendimos unas 100 veces como se hace un heptagono. en segundo sombras en perspectiva cónica, …

    Mi profesora de Catalan me quitaba un punto cada vez que no escribia mi nombre en catalan en el examen, como mi padre es mallorquin yo tenia que ser Guillem y no Guillermo como pone en mi DNI, despues de cada examen me iva a su mesa con mi DNI para que me devolviera el punto que me habia quitado

    19 enero, 2014 at 20:46
    • Anónimo Reply

      Joder, eso de quitar todo un punto por la gilipollez de no poner tu nombre en la lengua de la asignatura si éste no coincide es de lo más estúpido que puede haber. Tela con la política lingüística de algunos sitios. Tener que enseñar el DNI para que no te quitara el punto. Absurdo y lamentable.

      19 enero, 2014 at 22:35
      • Adriano M. Reply

        Imbeciles que extrapolan las ideologías ha habido en todos lados en todas las epocas… por desgracia.

        21 enero, 2014 at 12:23
  • miguel angel hidalgo Reply

    lo que mas recuerdo también de mis años de colegio,en 6,7 y 8 egb,el cachondeo que pasábamos en la clase de religión,con nuestro profesor RUBI,se llamaba rubisol,nios poníamos a comer pipas,o hacíamos algo,enseguida se ponía de mal humor,y hasta en 6 egb,dio un portazo a la mesa de que no le dejábamos dar la clase,,diciéndonos,que si el nos había echo algo a nosotros,que nunca le dejábamos dar la clase,,hasta recuerdo 2 guantazos que dio a 2,en 7 egb,no tenia ni idea de religión,de echo cuando ya acabe el colegio,le quitaron de profesor de religión,porque el director veía que sus clases eran de cachondeo y no ponía orden,menudo recuerdp tengo de aquello,,en mi colegio adalid Meneses de talavera de la reina.

    21 enero, 2014 at 17:26
  • Aquellas cosas que nos tocaba hacer de pequeños (y que detestábamos) - Yo fui a EGB Reply

    […] Las manías que más odiábamos de nuestros profesores Diez cosas que no teníamos (ni falta que nos hacía) ¿Te acuerdas que cuando ibas a EGB…? Adivinanzas y acertijos que nos aprendimos de pequeños Topicazos EGB Los veinticinco regalos típicos de EGB Las veinticinco cosas que tienes que conocer si creciste en los 80 Las veinte botellas que has tenido que conocer si viviste en los 70 y 80 […]

    28 enero, 2014 at 00:00
  • Usoa Reply

    Yo tenia una profesora,Eli, la llamaban la Gallina,daba Historia y Geografia.Bueno nos mandaba estudiar las capitales y los paises,correspondientes.Al dia siguiente,mandaba a una persona,le preguntaba capital de Inglaterra? y si no respondias pasaba a otra y a ti te ponia negativo.esto paso en el colegio Ikasbide de Bilbao

    20 febrero, 2014 at 22:58
  • Usoa Reply

    Mandaba deberes todos los profesores,cuando ya estabas en 7 de E.G.B.sospechabas y preguntabas,pq tantos deberes ,que ya nos ha puesto muchos ,la de matematicas,y te decia la de inglés,por ejemplo, ah eso a mi, me da igual.eran muy incomprensivos.Por cierto la de inglés era una gorda ,asquerosa,que su hija la privilegiaba.ya que era muy cerrada en cuanto a amistades y si no ibas con ella…suspenso.

    20 febrero, 2014 at 23:00
  • Ohm Reply

    Mis profesores de EGB fueron todos y cada uno de ellos estupendos, comprometidos y muy creativos. Teníamos clases de expresión corporal con musiquita oriental relajante incluída y alucinábamos porque era como muy hippy la profa. Y la de gimnasia era como un terrremoto, así jugabas al balónmano como tenías que bailar, y te quitaba la verguenza o la timidez de golpe, todo aquello era realmente divertido y motivaba.

    Me acuerdo de todos, pero sobre todo de un profesor de química que tuve en octavo,creo, un cinéfilo que siempre al final de la clase nos hablaba de la película que había visto la noche anterior, que si Jennifer Jones, que si Greta Garbo, que si Buster Keaton, y a nosotros eso nos fascinaba, ese profesor nos enseñó química y además nos creó curiosidad por el cine. Y la de gallego, que siempre nos mandaba de deberes escribir una poesía, tengo un librito grapado que cuando lo leo me parto de risa, pero realmente nos motivaba a leer y sobre todo a escribir nuestras propias composiciones.

    Luego ya los del instituto…otro cantar, porque los hubo penosos, sobre todo uno de literatura española que más clasista no podía ser, buff, sin duda el peor profesor que puede tener un alumno. Y una de gimnasia que era como un entrenador militar, nos reventaba a correr como si fuésemos caballos de carreras o nos lanzaba los balones medicinales que pesaban kilos así sin esperártelo y acababas mazada, llegabas a clase de latín, roja no , morada, que bruta era la pobre!

    5 marzo, 2014 at 02:27
  • 25 frases que nos han dicho todas las madres mil veces - Yo fui a EGB Reply

    […] También puedes ver: Cosas que no soportábamos de los mayores Cosas que hacíamos en clase y que odiaban nuestros profesores Cosas que hacían o decían nuestros mayores y que repetimos ahora (por si acaso) Las manías que más odiábamos de nuestros profesores […]

    4 mayo, 2014 at 17:28
  • Soraya Reply

    Yo tuve una profe que a los alumnos que no traían la tarea hecha de casa los mandaba a pasar la mañaba a una clase de parbulito y claro, los niños pequeños los miraban asomvrados y a esros se les caía la cara de vvergüenza.. Que cabrona era!!

    1 junio, 2014 at 19:15
  • Roger Reply

    Pues nunca me pasó nada de eso, aunque cierto es que mis profes eran buenos y yo también era el mejor estudiante de clase.

    16 agosto, 2014 at 10:27
  • Alex Reply

    Yo tengo la suerte, de haber estado en el lado de los alumnos y ahora en el lado de los profesores. Es normal que cuando somos alumnos no entendamos muchas de las cosas que los profesores hacían (llamémoslo manías), pero os puedo asegurar que cuando estás en el otro lado de la barrera, entiendes muchísimas cosas, e incluso tú, vas sacándote tus propios recursos para intentar conseguir que esos alumnos saquen el mayor provecho posible a sus capacidades y posibilidades.

    16 agosto, 2014 at 11:04
  • Marc Reply

    Desde 2º a 6º tuve una profesora de catalán que si un día hacías un trabajo mejor que los otros días te lo suspendía porque según ella seguramente no lo habías hecho tu.
    En 3º la profe de matemáticas cada vez que fallábamos en una multiplicación nos hacía copiar la tabla 10 veces.
    En 4º teníamos una profesora que nos hacía copiar cada falta de ortografía 40 veces.
    En 6º la clase de gimnasia la impartía un profesor que llegaba a clase cansado, se sentaba en un banco y decía “venga, todos a correr” y nos tenía corriendo hasta que se cansaba de vernos. Luego nos hizo el test de Couper (o algo así) y si no hacías el número de vueltas que te decía (aunque sólo te faltara 1/4 de vuelta para terminar) te suspendía.
    En 7º había un profesor de lengua y geografía que hacía apuestas con los alumnos (le gané una caja de bombones). Eran apuestas en contra de los alumnos, lo cual no es nada didáctico. Este profesor si no tenías buena caligrafía en los trabajos qe le entregabas te hacía quedar una hora después de terminar las clases o a la hora del patio a copiar textos. El muy cafre nos tiraba el borrador si pillaba a alguien hablando en clase.
    La profesora de geografía traducía al castellano los nombres de los alumnos cuyos nombres no estaban en esa lengua y cada vez que nos nombraba la corregíamos.
    En 1º de BUP el profesor de ciencias, antes de devolver los exámenes leía las peores respuestas y luego los entregaba por orden de notas diciendo en voz alta qué nota había sacado cada uno.
    En ese mismo curso la profesora de inglés, que a mi me pareció muy buena profesora, tenía una muletilla que a algunos compañero los sacaba de quicio: “Esto es difícil, y lo sé, por lo tanto saldrá en el examen. Si creeis que lo entendeis teneis mucho ganado”
    En 2º de BUP y en COU tuvimos una profesora de literatura que tenía en casa un libro que no era el que utilizábamos en clase y si en los exámenes no poníamos lo que ponía en el libro que tenía en casa te suspendía.
    Había un profesor de latín en la escuela que todo el mundo sabía por donde andaba ya que la pestilencia de su pipa dejaba rastro por allí donde pasara. Su manía era, al principio de cada clase, ir preguntando uno por uno palabras para declinar y si alguien fallaba alguna se ponía el puño en la boca y le subían los colores. Una vez, después de que 3 o 4 compañeros fallaran la misma palabra acabó dándose cabezazos contar la pared.

    16 agosto, 2014 at 11:30
  • Kione5812 Reply

    Yo tenia un profesor muy bestia y al que tod@s odiábamos que en un curso nos dio ingles y en otro matemáticas y que tenia una navaja enorme que sacaba en medio de la clase y se ponía a limpiarse las uñas con ella, era asqueroso. Además nos ponía castigos de copiar, y no exagero, 5.000 veces una frase para el día siguiente y cuando lo habías hecho como el quería nunca las miraba, las cogía y directamente iban a la basura y cuando hacíamos trampas parece que se lo olía y miraba pagina por pagina. Cuando nos sacaba a la pizarra era siempre para humillarnos, yo me quede en blanco varias veces, y he visto incluso a chic@s bloquearse y llorar, era horrible, una tortura.

    16 agosto, 2014 at 12:34
  • Kione5812 Reply

    Ah! y en otro colegio había una monja que daba Lengua y que me suspendió un año solo xq mi letra era fea, y estando en 8º quería que hiciera las libretas de caligrafía de los críos pequeños

    16 agosto, 2014 at 12:39
  • Columbae Reply

    El que fue mi tutor de tercero a sexto de EGB era muy descarado en sus favoritismos. Adoraba a la niña más listita de la clase. Un día fuimos de excursión a la nieve y él llevó una cámara de vídeo y se dedicó a hacer una especie de documental casero sobre la naturaleza de la zona usando de presentadora a su favorita y sólo a ella, en vez de grabarnos a todos para tener un recuerdo de sus alumnos. Encima tuvo el morro de decirnos que si queríamos una copia. Como éramos niños, muchos la quisimos porque salíamos al menos de lejos o de refilón en los planos que le dedicó al numeroso grupo. Hace pocos años, viendo de nuevo el vídeo y con mentalidad de persona de treinta años, me he dado cuenta del feo que nos hizo al resto de sus alumnos. Como profesora que soy ahora, tengo muchísimo cuidado en que no parezca que tengo favoritismo por alguien.

    21 agosto, 2014 at 20:11
  • Ladybug Reply

    Desde 1ºEGB a 6º tuve la misma profesora de inglés. En 1º, la gilipopular de clase le conto que como mi padre sabía inglés, él me hacía los deberes (y ella se lo creyó). Desde entonces, si corregíamos los ejercicios en clase e iba preguntando uno a uno y llegaba mi turno, me saltaba; si teníamos que hacer una manualidad e iba mesa por mesa comentándola, a mí me saltaba; llamaba a todos por su nombre menos a mí (yo era la de verde, la de rojo, la de ahí)… Eso sí, en los exámenes me ponía la nota que me correspondía (será que veía imposible esconder un señor padre debajo del pupitre, y de aquella no había móviles…). Hablo de los años 90, colegio Santa Olaya de Gijón.

    22 agosto, 2014 at 12:08
    • Ladybug Reply

      A todo esto, he de señalar que como docente fue quizás la mejor profesora de inglés que tuve. Salimos de 6º conjugando todos los tiempos, y llegar a 1ºESO y tener que empezar de cero fue un palo tremendo… Ahora lo pienso y creo que el vacío sistemático que me hizo todos esos años, más que hundirme o hacerme sentirme mal conmigo misma me enseñó a tener coraje. A día de hoy vivo en Reino Unido y además hablo francés. No era una empollona al uso, puesto que en esos años no estudiaba (bendita capacidad de retención, a dónde se iría?). Era una niña de 6 años un poco más lista que los demás… pero una niña, al fin y al cabo.

      22 agosto, 2014 at 12:18
  • Minxie Reply

    Yo no recuerdo con cariño absolutamente a NINGUNA de mis profesoras, ni del colegio ni del Instituto (ahí ya hubo profesores masculinos pero en toda la EGB tuve ni un solo profesor masculino). No seré la única persona que piense de ésta manera, todos los que íbamos a éste colegio sentimos lo mismo, de eso no tengo duda. Triste pero cierto lo de no poder conservar ningún recuerdo cariñoso. Nos lo hicieron pasar terriblemente mal en vez de hacernos la vida mas fácil. Estaban absolutamente obsesionadas con los castigos físicos combinados con los psicológicos y desde luego seguían AL DEDILLO lo de LA LETRA CON SANGRE ENTRA, vaya que sí. Alucino cada vez que me acuerdo de los bofetones que nos daban con tan sólo 4 años y si te ponías a llorar era muchísimo peor, te encerraban a oscuras y pasaban de tí olímpicamente durante horas y horas. De nada servía que se lo contases a tus padres porque antes ésto no se veía anormal. Lo peor de todo es que ésto acarrea secuelas psicológicas que llevas ya para siempre.

    Por cierto, un inciso; habéis mencionado el método MICHO de lectura y lo que no logro recordar es si yo seguí el mismo porque era muy muy parecido pero a nosotros además se nos enseñaba un alfabeto extraño mediante signos, con las manos y que JAMÁS he olvidado. De hecho cuando quiero comunicarme con mis hermanos sin que nadie mas sepa lo que quiero decirles usamos éste lenguaje de signos con las manos y nadie mas se entera. Si alguien nos ve, piensan que usamos el lenguaje sordomudo pero no es así, nada tiene que ver. Si alguien mas aprendió a leer así y sabeís el nombre de éste lenguaje por favor contadlo. Muchas gracias.

    29 octubre, 2014 at 16:12
  • Anónimo Reply

    algùn capón te llevabas o te titara el borrador ,lo peor es cuando te hacían hacer 100 o 200 veces no insultare al compañero o algo así.Lo de la excursión es verdad el profe iba de amigo y luego te la dava.

    6 noviembre, 2015 at 16:47
  • Anónimo Reply

    tienes razonnn

    6 marzo, 2016 at 15:44

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